“Es un lugar privilegiado, no todo el mundo tiene ese amor y paciencia”, dice el Doctor Fernando Torres, al hablar de sus casi 8 meses haciendo parte de Proyecto Unión, tiempo en el que ha sido voluntario profesional y ha puesto sus conocimientos y experiencias como médico pediatra al servicio de nuestros niños en el Hogar Santa Rita de Cascia y en la Casa de los Ángeles ubicada en el municipio de Tocancipá.
El Doctor Torres siempre supo que la medicina era su campo. Aunque su padre nunca le dijo a qué debería dedicarse, desde pequeño admiró el estilo de vida que éste llevaba ejerciendo la misma profesión. Siguiendo este ejemplo, el Doctor Torres ha dedicado sus esfuerzos a servir a las comunidades que más lo necesitan y en lugares alejados de la vida de la ciudad. En ocasiones junto a la Patrulla Aérea, en otras junto a algunos colegas conocidos, ha visitado comunidades en Chocó, Cauca, Huila, Vaupés, Amazonas y Guaviare que carecen de servicios de salud apropiados.
En esta labor, y por un amigo en común, conoció al Doctor Fernando Quintero, fundador y director de Proyecto Unión, quien lo invitó a hacer parte del equipo de voluntarios profesionales. Aunque hace un tiempo está retirado, más que pensar en su descanso, ha insistido en seguir aportando su experiencia a las personas que lo necesitan: “nuestras vidas deben tener un valor más alto”, dice él. Actualmente, con apoyo de sus colegas, se dedica con el fin de adelantar los tratamientos requeridos y mejorar su calidad de vida.
Lo llenan de felicidad los años en que las relaciones entre doctores y pacientes eran de respeto y cariño recíproco, más que una “relación con clientes”. Tiene confianza en que las nuevas generaciones de médicos recuperen ese sentido de servicio, que no se esmeren por convertirse en profesionales famosos, sino que conecten con la realidad del país donde vivimos. “Esto es algo que no se aprende en los textos, ni en la academia”, dice él, “para eso hay que tener corazón”.