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Lorena Peña, Adrian Muñoz y Mauricio Muñoz.

Ser padres plantea un desafío, por un lado, hay que nutrir emocionalmente a los hijos y por el otro, ayudarlos a desenvolverse en el seno de la sociedad, esa esencia de la vida constituye la razón de ser de los padres.

Lorena Peña y su esposo Mauricio Muñoz no son la excepción, sus hijos Adrián y Mariana recibieron durante su educación un profundo potencial amoroso y una vida con propósito. “Estoy convencida de que Mariana vino a este mundo a dejarnos un legado muy grande”, expresó Lorena, quien nos cuenta cómo la vida de su pequeña les enseñó grandes lecciones de vida, Mariana era una niña con discapacidad que durante 13 años les mostró a sus padres y hermano, cómo convertir la luz que ellos reflejaban en acciones de amor.

Desde el cielo, su pequeña se convirtió en la guía para que su madre conociera el Hogar Santa Rita de Cascia, la casa de 62 niños que al igual que Mariana, padecen enfermedades de difícil manejo, quienes en muchas ocasiones son invisibles ante la sociedad, es por eso que desde nuestra misión de devolver esperanza a nuestros pequeños, cada mes nos unimos en familia para celebrar con gran alegría la vida de los niños; en esta oportunidad Lorena, Mauricio y Andrés quisieron participar en esta celebración para hacerle un homenaje a su linda Mariana, quien en este año, estaría cumpliendo sus 15 años.

En nuestra vida cotidiana no nos detenemos a apreciar esa esencia de la vida que constituye la razón de ser de los niños en condición de discapacidad, es por eso que a Lorena y a su familia les decimos: Como fundación les brindamos nuestro amor por tener la valentía de recapitular y pensar distinto y tener el ánimo de asumir esta responsabilidad de impulsar siempre a sus hijos hacia lo mejor, pese a toda oposición.

Gracias por hacernos parte de su historia de vida y compartir con nosotros este legado, tenemos la certeza de que Mariana desde el cielo es portadora de algo que todavía nos cuesta entender: el poder del amor.