Skip to main content

Nuestro querido René, está irreconocible, exclamaron todos los que lo conocieron cuando vieron su foto actual. Este habitante de calle, de 63 años, quien, a pesar de su ceguera y achaques acostumbraba caminar diariamente, las calles del barrio Belén del centro de la ciudad, para llegar sin falta, a tomar sus alimentos en el Comedor María es mi Madre de la Fundación Proyecto Unión, aceptó la propuesta, que durante más de 4 años le hizo Carlos Enrique Tobón, director de la fundación social “Abran a Jesucristo” para que su vida diera un giro de 180 grados.

Gracias a la perseverancia y generosidad de Carlos Tobón, un ser humano que siempre tuvo la vocación de ayudar a los demás, que estudió en el Seminario y que al retirarse hace 21 años, se casó y decidió crear su fundación para atender a los adultos mayores más necesitados como René. El conoció, el abandono que sufrió por parte de su familia, la falta de amor, de cariño, pero sobretodo la soledad y le propuso en muchas ocasiones que se dejara ayudar, hasta que por fin, René aceptó darse esa oportunidad, que empezó con un baño general, un corte de cabello, la afeitada y con ropa nueva, logrando así un cambio radical en su aspecto físico.

La segunda parte consistió en llevarlo a conocer su nuevo hogar con sede en Fusagasugá, donde atiende a 22 abuelitos, 12 de ellos sin su red de apoyo familiar, allí recibe su alimentación, comparte habitación con un nuevo amigo, baila, tiene piscina y disfruta de sus caminatas en un agradable clima, respirando ahora un ambiente más cálido y familiar. Poco a poco se ha venido adaptando a su nuevo hogar, le gusta el buen trato y la buena comida que recibe, sin embargo extraña a sus amigos del barrio a quienes envía un saludo “Un saludo a toda la gente del barrio, en especial a “doña Aida, la coordinadora del Comedor, a Toño, a Oscar y la señora María de la panadería de la cuarta”.

Exaltamos el alto grado de compromiso y la importante misión de cambiar vidas que viene realizando Carlos con 22 adultos mayores en Bogotá, más los 23 en Fusagasugá, su misión consiste en atender a aquellos que no tienen nada y a nadie. Esperamos seguir fortaleciendo esta gran alianza que ha hecho posible que los beneficiarios de “Abran a Jesucristo” reciban atención médica, gafas, donaciones, mercados etc, porque nos une el deseo de servir y devolver esperanza a los adultos mayores en condición de vulnerabilidad.