Cada día son más las personas que deciden poner en acción su deseo de ayudar y están dejando su huella en el corazón de las poblaciones más vulnerables como lo son los niños con discapacidad, que padecen enfermedades complejas y adultos mayores en condición de calle.
Este es el caso de Camilo Ricaurte Linares, un ángel voluntario, ya retirado de su negocio de venta de uniformes, quien llegó junto a su esposa Ana Cristina a través de algunas familias amigas, hace 8 años al Hogar Santa Rita de Cascia. Hogar que mensualmente visita con la alegría y generosidad que lo caracteriza, con el fin de ofrecer su furgón y realizar el servicio de transporte de Bogotá a la sede de Tocancipá, de todas las donaciones y elementos necesarios para el funcionamiento de esta nueva sede.
En esta nueva sede llamada “Centro de Vida», se encuentran 15 niños en vacaciones pedagógicas y actualmente atiende integralmente a niños y jóvenes externos de la región, a través de los programas “Vida”, “Cuidado Día” para apoyar a niños y familias en riesgo social. Además en esta sede funciona el programa Cadena de Bondad, que su esposa Ana Cristina también apoya y que tiene el objetivo de ayudar a otros que también lo necesitan, a través de la venta y trueque de ropa, juguetes etc.
Gracias al ejemplo y bondad de Camilo y Ana Cristina nuestra misión de devolver esperanza a las comunidades más vulnerables, se hace más sencilla, porque juntos somos más fuertes y ayudar es fácil, solo se necesita poner en acción ese deseo de ayudar.