Quintero y Dra. Luz Estela Flórez gozan
atendiendo a los niños.
[/av_slide] [av_slide slide_type=’image’ id=’7264′ video=’//’ mobile_image=» fallback_link=’//’ video_ratio=’16:9′ title=» link_apply=» link=’lightbox’ link_target=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-87rnsd’] La recuperación de la dignidad humana
de los niños es la razón que motiva
a la Dra. Luz Estela.
[/av_slide] [av_slide slide_type=’image’ id=’7262′ video=’//’ mobile_image=» fallback_link=’//’ video_ratio=’16:9′ title=» link_apply=» link=’lightbox’ link_target=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-6asdn1′] A Amparo la inspira la ternura
de los niños.
[/av_slide] [av_slide slide_type=’image’ id=’7263′ video=’//’ mobile_image=» fallback_link=’//’ video_ratio=’16:9′ title=» link_apply=» link=’lightbox’ link_target=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-4faw7x’] La Dra. Luz Estela revisa historias y
se preocupa por el estado de salud
de cada paciente .
[/av_slide] [/av_slideshow] [/av_one_full] [av_one_full first min_height=» vertical_alignment=» space=» custom_margin=» margin=’0px’ padding=’0px’ border=» border_color=» radius=’0px’ background_color=» src=» background_position=’top left’ background_repeat=’no-repeat’ animation=» mobile_display=» av_uid=’av-2s1mdp’] [av_textblock size=» font_color=» color=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-jr8fyld5′ admin_preview_bg=»]
Amparo Buriticá y Luz Estela Flórez, llegaron a la Fundación Proyecto Unión como ángeles caídos del cielo hace tres meses, las dos buscaban un lugar que les brindara la posibilidad de brindar amor y ayudar a los niños más necesitados a través de su servicio en el área de la salud. Amparo, enfermera y especialista en medicina familiar, fue la primera en conocer el Hogar Santa Rita de Cascia, ella con su deseo de ayudar, invitó a la doctora Luz Estela, una pediatra recién pensionada, para conformar un valiosísimo dúo como ellas lo afirman de “especialista y asistente” que aporta cada día a mejorar la calidad de vida de los 62 niños del hogar.
Amparo, es la mano derecha de la pediatra, ella maneja historias, alista los elementos para la consulta, pero también participa en las actividades con los niños en el aula sensorial, hidrata los labios, da masajes, corta las uñas y ayuda con tareas de lavandería, dos veces a la semana. Ella afirma que lo que más le emociona y llena de cariño definitivamente son los niños con su ternura. “En ellos realmente uno ve a Dios, el poder acariciarlos y entregarles amor es algo que me llena y me ha ayudado abrirme un poco más; al principio me impacte pero me di cuenta que con cosas simples podemos ayudar, dar cariño, dedicación y tiempo, son cosas chiquitas y uno recibe a cambio sonrisas y alegría. La fundación es una obra divina, cada día aprendo de cada persona que trabaja acá, cada ser humano en este Hogar me aporta y los niños ni se diga, son excepcionales”.
Por su parte la Doctora Luz Estela, egresada de la Universidad Corpas soñaba que el día que se pensionara pudiera servir como voluntaria atendiendo a niños que realmente lo necesitaran. Así fue como desde el primer día que conoció la fundación, sin dudarlo se enamoró del lugar y se quedó. Ella se siente muy feliz por la gran acogida que le han brindado, le encantan los niños y siempre dedicó su vida a atender la salud de los recién nacidos en importantes hospitales de la capital como la Clínica Materno Infantil de Colsubsidio, la San Pedro Claver, el Simón Bolívar, entre otros.
Hoy resalta el amor que se vive en el hogar, el amor que le dan a los niños, la filosofía que el Director de la Fundación, el Dr. Fernando Quintero le da a la organización es lo que más le gusta. “Acá se valora la dignidad del ser humano, muchos pensaran para que trabajarle a niños con grandes discapacidades, sin futuro productivo? estando sano o enfermo somos seres humanos, hijos de Dios y por eso decidí acompañar a estas personas a vivir de la mejor manera la vida que tienen que vivir”.
Este gran equipo de profesionales, llegaron caídas del cielo para quedarse y transformar no solo la vida de los niños sino sus vidas. Ellas se encuentran muy motivadas al saber que en la actualidad se construye para los niños del hogar un sueño denominado “Centro de Vida los Ángeles Unidad Pediátrica Especializada” en Tocancipá, un lugar único en su género que va a beneficiar y a devolver la dignidad a cientos de niños del país y sus familias.
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