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Amor, conciencia social y sobre todo gratitud sintieron los 70 jóvenes estudiantes de décimo grado y profesores del colegio Emilio Valenzuela, quienes realizaron un voluntariado hoy en la sede Centro de Vida de Tocancipá.

Desde muy tempranas horas se inició la jornada de voluntariado con la entrega de una generosa donación de elementos de aseo que trajeron los jóvenes desde casa. Luego fueron divididos en ocho grupos, que rotaron en diferentes actividades de interacción con los niños como la música, hidratación de piel, lectura de cuentos y algunos pasearon a los niños en sus coches y sillas de ruedas hasta el Ecoparque Sabana. Por otra parte ayudaron a doblar ropa en la lavandería y se desplazaron al vivero del Ecoparque Sabana para aprender y participar directamente de los procesos de siembra y germinación de semillas, en la huerta sostenible que lidera Andrés Soler de la Fundación Parque Jaime Duque.

Esta emotiva actividad de voluntariado permitió a los jóvenes conocer una realidad de cerca, aunque al principio la sintieron ajena, una vez terminada la jornada compartieron sus apreciaciones y sentimientos sobre cómo se cubrieron sus expectativas de la visita y se abrieron muchas puertas sobre todo lo que se puede hacer en pro de niños y jóvenes en condición de discapacidad.

“Una experiencia muy bonita que me permitió a través del contacto aprender sobre la inclusión en las actividades que desarrollamos y ser más humanos”, expresó uno de los estudiantes, otros manifestaron su satisfacción de haberse ganado una sonrisa, además resaltaron la admirable labor, que con amor, realizan los colaboradores de esta sede. Gracias a todo este gran equipo de voluntarios por su actitud siempre muy dispuestos y abiertos, por ayudarnos a transformar vidas y por permitirnos ser fuente de inspiración para jóvenes, logrando que juntos trabajemos por el objetivo de conservación de la vida.