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[av_one_full first min_height=» vertical_alignment=» space=» custom_margin=» margin=’0px’ padding=’0px’ border=» border_color=» radius=’0px’ background_color=» src=» background_position=’top left’ background_repeat=’no-repeat’ animation=» mobile_display=» av_uid=’av-aooqgb’] [av_slideshow size=’no scaling’ animation=’slide’ conditional_play=» autoplay=’false’ interval=’5′ control_layout=’av-control-default’ av_uid=’av-jmcj6a0c’] [av_slide slide_type=’image’ id=’6574′ video=’https://’ mobile_image=» fallback_link=’http://’ video_ratio=’16:9′ title=» link_apply=» link=’lightbox’ link_target=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-8vhjzv’ video_controls=» video_mute=» video_loop=» video_autoplay=»] Lilibeth Cabrales y Edilberto Antolinez
encontraron en el «Centro de Vida los
Ángeles» un hogar lejos de casa.
[/av_slide] [av_slide slide_type=’image’ id=’6575′ video=’https://’ mobile_image=» fallback_link=’http://’ video_ratio=’16:9′ title=» link_apply=» link=’lightbox’ link_target=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-73b0zf’ video_controls=» video_mute=» video_loop=» video_autoplay=»] Dos de sus hijos, Nataliz y Josué
viven felices en su nuevo hogar
Casa de los Ángeles.
[/av_slide] [av_slide slide_type=’image’ id=’6580′ video=’https://’ mobile_image=» fallback_link=’http://’ video_ratio=’16:9′ title=» link_apply=» link=’lightbox’ link_target=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=»] Nataliz (izq) y su hermana mayor
Rebeca celebran su primera noche
en el nuevo hogar.
[/av_slide] [av_slide slide_type=’image’ id=’6573′ video=’https://’ mobile_image=» fallback_link=’http://’ video_ratio=’16:9′ title=» link_apply=» link=’lightbox’ link_target=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-6e2gnf’ video_controls=» video_mute=» video_loop=» video_autoplay=»] Lillibeth Cabrales, apoya las
tareas de casa.
[/av_slide] [av_slide slide_type=’image’ id=’6572′ video=’https://’ mobile_image=» fallback_link=’http://’ video_ratio=’16:9′ title=» link_apply=» link=’lightbox’ link_target=» av-medium-font-size-title=» av-small-font-size-title=» av-mini-font-size-title=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-3sywsb’ video_controls=» video_mute=» video_loop=» video_autoplay=»] Edilberto Antolinez hace parte del
equipo que construye la casa de
los sueños para cientos de niños
de la Fundación Proyecto Unión.
[/av_slide] [/av_slideshow] [/av_one_full][av_one_full first min_height=» vertical_alignment=» space=» custom_margin=» margin=’0px’ padding=’0px’ border=» border_color=» radius=’0px’ background_color=» src=» background_position=’top left’ background_repeat=’no-repeat’ animation=» mobile_display=» av_uid=’av-2ossln’] [av_textblock size=» font_color=» color=» av-medium-font-size=» av-small-font-size=» av-mini-font-size=» av_uid=’av-jmcghkmz’ admin_preview_bg=»]

Lilibeth Cabrales y Edilberto Antolinez llegaron del estado de Carabobo en Venezuela a Bogotá con sus tres hijos, hace aproximadamente un año, en busca de un tratamiento especializado para tratar el cáncer su hija Nataliz. Nunca es fácil llegar a otro país y como extraños en tierra colombiana, la familia Antolinez pudo encontrar en la Fundación Proyecto Unión un hogar lejos de casa, mientras su hija adelanta su tratamiento médico.

En Venezuela debido a la crisis económica la facilidad para conseguir alimentos y medicinas adecuadas para el tratamiento de Nataliz era casi imposible. Llegaron a Colombia en busca de ayuda y una mejor calidad de vida para su hija. Sus vidas cambiaron radicalmente, desde su llegada a la Casa de los Ángeles, programa de la Fundación que abrió las puertas de una nueva sede en el municipio de Tocancipá, en terrenos donados por el Parque Jaime Duque.

Allí han podido recibir una atención médica integral y el apoyo que necesitaban. Actualmente Lilibeth apoya en temas de logística de la casa, mientras que Edilberto hace parte del equipo que construye el nuevo Hogar Amparo de Ángeles, proyecto de la Fundación que brindará a más de 100 niños enfermos y en su mayoría abandonados, un hermoso lugar para recobrar la esperanza. Por otro lado sus tres hijos pueden estudiar en los colegios de la zona y también correr por los amplios espacios verdes que componen el Ecoparque Sabana y hacen posible que la imaginación vuele y la felicidad vuelva acompañarlos  en esta nueva etapa de sus vidas.

La familia Antolinez Cabrales cree que es Dios quien los ha puesto en la Fundación Proyecto Unión, aún lejos de casa han contado con la bendición de estar rodeados de personas que se preocupan por su bienestar.  Y por supuesto, tienen fe que en este lugar la esperanza de vida para su pequeña hija pueda ser una realidad.

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