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En cada paso que damos como fundación, entendemos que el verdadero cambio nace del compromiso, la empatía y la vocación. Así lo confirmamos una vez más con el segundo grupo de estudiantes en prácticas asistenciales de la Universidad Manuela Beltrán (UMB), quienes nos recordaron que formar profesionales también es formar seres humanos sensibles y comprometidos con su entorno.

Queremos destacar especialmente la labor del grupo de jornada AM de la sede Centro de Vida, bajo la guía de la docente Vanessa Ibarra y el apoyo invaluable de la profesional Lilián Beltrán. Durante 2 meses, cuatro estudiantes atendieron con dedicación y respeto a cuatro pacientes cada uno del programa “Protección” y a su vez brindaron atención a 17 pacientes externos del programa “Vida”.

Sus intervenciones se caracterizaron por la creatividad, el amor y la técnica: aplicaron terapia asistida con animales, hipoterapia, el uso de la PipeBike, talleres de capacitación, acompañamiento pedagógico y colaboración con la Universidad de La Sabana.

Durante la entrega final, los estudiantes compartieron cuánto significó esta experiencia para ellos, resaltando que no solo pudieron poner en práctica sus conocimientos, sino que también crecieron como personas. “Cada paciente es un mundo”, dijeron. Un mundo que merece ser escuchado, valorado y acompañado con amor.

Como cierre de su práctica, hicieron entrega de un Columpio Vestibulador, un implemento terapéutico que soporta más de 158 kg y que será clave en los procesos de estimulación propioceptiva y vestibular.

Por otro lado, la jornada PM de la misma sede, guiada por la docente Liliana Nieto, entregó un retroproyector para estimulación visual sensorial, una herramienta valiosa para enriquecer nuestras sesiones con niños y jóvenes beneficiarios, aportando desde el juego y la imagen al desarrollo de sus capacidades.

Por su parte, los estudiantes que rotaron en la sede Santa Rita de Cascia, se enfrentaron a grandes retos en cada intervención con los niños y generaron material con recomendaciones para cuidadores y voluntarios, logrando importantes avances en el desarrollo motor de cada paciente.

Gracias al equipo de docentes, estudiantes y profesionales que lideraron esta práctica por su vocación de servicio, entrega y la importante transformación que lograron hacer en las vidas de nuestros niños beneficiarios.